Antonio Berni (nacido como Delesio Antonio Berni en 1905 en Rosario, Argentina; fallecido en 1981 en Buenos Aires) fue un pionero del arte figurativo argentino, célebre por su obra socialmente comprometida. Desde muy joven mostró un talento prodigioso y comenzó a exponer sus pinturas en la adolescencia, ganando en 1925 una beca prestigiosa para estudiar en Europa. En París exploró el surrealismo bajo la guía de André Lhote y Othon Friesz, inspirándose en el arte metafísico y en las ideas revolucionarias. Al regresar a Argentina en 1930, cofundó el movimiento del Nuevo Realismo, utilizando el arte para dar visibilidad a las luchas de la clase trabajadora. Sus grandes lienzos y murales dramáticos expresaban las ansiedades colectivas durante las crisis sociales y económicas de la década de 1930. A partir de fines de los años cincuenta desarrolló su famoso trabajo en collage, creando narrativas poderosas alrededor de personajes ficticios como Juanito Laguna y Ramona Montiel, realizados con materiales encontrados en barrios marginales. Estas obras, llamadas “xilo-collage”, se convirtieron en íconos que mezclaban pintura, escultura y comentario social. También innovó en la xilografía y el grabado, transformando las técnicas tradicionales en expresiones texturizadas y contemporáneas. Reconocido internacionalmente, obtuvo premios destacados en la Bienal de Venecia y sus obras se exhibieron en retrospectivas en América Latina, Europa y Estados Unidos. En su etapa final, su arte adquirió un tono espiritual y contemplativo, culminando en pinturas religiosas profundamente simbólicas como Apocalipsis y La Crucifixión para una capilla en los años ochenta. Su trayectoria estuvo marcada por la firme convicción de que el arte es una forma de amor y una respuesta valiente a la vida, expresada con realismo vívido, experimentación creativa y compromiso social.