El creador hispanoamericano es habitual visitante de la Isla donde tiene obra pública en la calle
«La maldita circunstancia del agua por todas partes». El verso de Virgilio Piñera, que abre su poemario La isla en peso, cobra sentido de nuevo al ver la obra de su compatriota Kcho. Desde los años noventa, este artista cubano ha construido un universo de cayucos, hélices, maderas rescatadas y símbolos del viaje (o del posible naufragio). Ese lenguaje, nacido de la insularidad y del exilio, lo ha convertido, a día de hoy, en una voz reconocible del arte latinoamericano actual.
El artista aterriza ahora en Palma para inaugurar la nueva etapa de la galería Marimón con motivo de la Nit de l’Art. Su director, Biel Perelló, explica que «tras algunos problemas de salud, me replanteé si quería continuar, pero lo hice por responsabilidad con los artistas que han pasado por aquí». Y qué mejor manera que apostar por una figura internacional como Kcho, al que el galerista define como «el artista idóneo para abrir de nuevo las puertas con una muestra ambiciosa».
La exposición, comisariada por Perelló junto a Tomeu Simonet, reúne cinco lienzos de gran formato y uno de medio, junto a una escultura central convertida en el eje central de la muestra. La exposición funciona casi como instalación, generando un todo en el que obras de 2008 dialogan con otra reciente, de 2024, en la que el color irrumpe como contrapunto inesperado entre los grandes lienzos casi monocromos.
La obra de este creador es inseparable del mar y sus metáforas: barcas, remos, fragmentos de embarcaciones, restos del viaje. En definitiva, símbolos de la migración que sufre su país. En Marimón, esos elementos están presentes en lienzos de ambientes densos y opresivos, donde las hélices y los cayucos parecen flotar en mitad de un paisaje angustioso o denso. «Al ver sus obras pienso también en todo lo que está pasando en el Mediterráneo y la inmigración que se vive en Europa», señala el gestor del espacio.
Alexis Leyva Machado, conocido por su pseudónimo Kcho, se formó en la Escuela Nacional de Arte de La Habana. Su carrera internacional despegó en su país natal, para debutar poco después en la prestigiosa Gladstone Gallery de Nueva York. Desde entonces ha trabajado con galerías como Marlborough y Joan Prats, y ha expuesto en instituciones de referencia como el MoMA, de Nueva York, o el Reina Sofía. También ha participado en encuentros entre los que destacan la Bienal de Venecia o la Documenta de Kassel.
A lo largo de su trayectoria el artista ha recibido, entre otros premios, el de la Bienal de Corea del Sur, el UNESCO a la Promoción de las Artes, y otras distinciones concedidas por su país como, la de Cultura Nacional o el Diploma al Mérito Artístico de Cuba.
No es, sin embargo, la primera vez que Palma se cruza con la obra de Kcho. Cabe destacar que durante años estuvo representado por la galería Joan Guaita. Gracias a esa relación con la Isla, en el Parc de la Mar se alza una de sus esculturas públicas: dos barcas verticales de acero corten enfrentadas al azul de la bahía.
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