Una adquisición histórica reposiciona a MALBA como uno de los mayores centros del mercado del arte latinoamericano a nivel mundial.
El Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA) anunció el 15 de diciembre la adquisición completa de la Colección Daros Latinoamérica, en una de las decisiones institucionales más significativas en el mercado del arte de las últimas décadas. La colección, compuesta por 1233 obras producidas principalmente entre las décadas de 1950 y 2010, pasa a formar parte del acervo del museo gracias a la iniciativa de su fundador, el coleccionista y empresario Eduardo F. Costantini.
Compuesta por pintura, escultura, fotografía, video e instalaciones de gran formato, la colección incluye obras de 117 artistas y más que duplica la colección moderna y contemporánea de MALBA, que ahora cuenta con aproximadamente 3000 obras. La incorporación también marca el regreso físico de una de las colecciones de arte latinoamericano más importantes de la región, tras décadas albergada en Zúrich, lo que reposiciona a Buenos Aires en el centro del circuito institucional global.
Entre las obras más destacadas se encuentran obras de nombres fundamentales como Hélio Oiticica, Lygia Clark, Cildo Meireles, Julio Le Parc, Ana Mendieta, Alfredo Jaar y Carlos Cruz-Diez. Obras emblemáticas como Relevo espacial (1959) de Oiticica, Missão/Missões (Como construir catedrais) (1987) de Meireles y Analogía I (1971) de Víctor Grippo pasarán a formar parte permanente de la colección del museo.
Un nuevo nivel institucional y simbólico para el mercado del arte
Según el director artístico del MALBA, Rodrigo Moura, la adquisición reposiciona a la institución como la principal colección contemporánea del continente, ampliando decisivamente su alcance curatorial. La llegada de la colección Daros introduce a 75 artistas inéditos a la colección, a la vez que refuerza grupos ya consolidados, como los de Guillermo Kuitca y León Ferrari.
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Desde la perspectiva del mercado del arte, el impacto es estructural. Al reunir una colección de esta magnitud bajo la gestión institucional latinoamericana, MALBA transforma los flujos simbólicos, curatoriales y patrimoniales históricamente concentrados en Europa y Estados Unidos. La adquisición también impulsa un ambicioso plan de expansión para el museo, que debería duplicar su espacio expositivo hasta aproximadamente 8.500 metros cuadrados, con obras que se presentarán al público a partir de 2026.
Para Costantini, este es el segundo hito más importante en la historia del museo desde su inauguración, superando incluso adquisiciones históricas anteriores. Más que un simple movimiento de coleccionismo, la incorporación de la Colección Daros redefine la identidad institucional del MALBA y consolida su rol estratégico en el mercado del arte latinoamericano contemporáneo.
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