La pintura de John Singer Sargent, Los Químicos, es una representación desgarradora de soldados afectados por un ataque con gas mostaza en el Frente Occidental durante la Primera Guerra Mundial. Sargent presenció el suceso en agosto de 1918 y, profundamente conmovido, completó la obra en 1919. La imagen muestra soldados gravemente heridos—algunos derribados, otros apenas en pie, con ojos dañados o vendados. El gas mostaza, usado por primera vez como arma, causaba quemaduras, daños respiratorios y visuales e incluso riesgos como cáncer.
No hay máscaras, auxilio médico o cuidado de los mandos—solo el costo humano de la guerra. No obstante, en medio de la desesperación, soldados que se apoyan mutuamente emergen como símbolo de esperanza y resistencia. La tragedia se intensifica con figuras jugando al fútbol al fondo, indiferentes al sufrimiento cercano. Esta obra nos recuerda tanto la brutalidad de la guerra como la fuerza de la solidaridad humana, una verdad persistente en conflictos donde las armas químicas siguen siendo una amenaza.
Massoud Shojai Tabatabai