La poderosa obra visual del fotógrafo aimara dialoga con propuestas de sesenta artistas latinoamericanos y caribeños en la 14ª Bienal del Mercosur, una de las plataformas más significativas del arte contemporáneo en América Latina. Damián Ayma Zepita registró las realidades cotidianas y ceremoniales de las comunidades rurales del altiplano boliviano. Su archivo, hoy resguardado por el MUSEF, se compone de más de 18.000 negativos, placas de vidrio y fotografías impresas, muchas de las cuales nunca habían sido vistas fuera de Bolivia.
En medio de un escenario profundamente conmovedor, marcado por la fuerza de la naturaleza y la resiliencia del pueblo brasileño, Bolivia dice presente en la 14ª Bienal del Mercosur, una de las plataformas más significativas del arte contemporáneo en América Latina, con la poderosa obra visual de Damián Ayma Zepita, fotógrafo aimara que documentó durante décadas la vida y espiritualidad andina con una mirada desde adentro.
La muestra, que debía inaugurarse el 12 de septiembre de 2024 en la ciudad de Porto Alegre, fue pospuesta debido a las inundaciones sin precedentes que azotaron a todo el estado de Río Grande del Sur. Fuertes lluvias constantes provocaron el colapso de presas, desbordes de ríos y desplazamientos masivos de población. La ciudad, sede histórica de la Bienal desde su creación en 1997, ha sido escenario de una tragedia que dejó miles de personas damnificadas, además de muertos y desaparecidos.
Frente a este contexto, la Fundación Bienal del Mercosur decidió posponer su apertura, anunciando que existía una alta probabilidad de reprogramar el evento para 2025. Y así fue. Desde el 27 de marzo, el Museo Nacional de Etnografía y Folklore (MUSEF) se proyecta al escenario continental con fotografías de su archivo patrimonial, tomadas por Damián Ayma Zepita (1921–1999), cronista visual aimara que dedicó su vida a registrar las realidades cotidianas y ceremoniales de las comunidades rurales del altiplano boliviano. Su obra —que en 2019 fue declarada Memoria del Mundo por el Programa MOWLAC de la UNESCO— representa no solo un testimonio documental, sino un acto de soberanía estética desde los pueblos originarios. Las imágenes, seleccionadas por el equipo curatorial de la Bienal bajo el concepto “Estalo” (Chasquido), forman parte de un corpus visual que desafía las narrativas visuales coloniales y sitúa a los sujetos indígenas como productores de historia y estética.
Según la nota de prensa del MUSEF, la exposición se desarrolla en la Usina do Gasômetro, emblemático centro cultural de Porto Alegre. Allí, el legado de Damián Ayma Zepita dialoga con propuestas de más de 60 artistas latinoamericanos y caribeños, en un intercambio profundo sobre cuerpos, territorio, espiritualidad y memoria.
A diferencia de los enfoques fotográficos documentales tradicionales, el trabajo de Ayma Zepita no exotiza ni distancia: retrata desde la vivencia la parte activa de las comunidades y sus ciclos vitales. Su archivo, hoy resguardado por el MUSEF, se compone de más de 18.000 negativos, placas de vidrio y fotografías impresas, muchas de las cuales nunca habían sido vistas fuera de Bolivia.
Con esta participación, se abre un hito en la historia de la fotografía indígena en el circuito internacional de arte contemporáneo, y se posiciona al MUSEF como una institución líder en la salvaguarda, difusión y reinterpretación de patrimonios visuales descolonizadores.
“No estamos llevando solamente fotografías: llevamos consigo la espiritualidad, la vida comunitaria, las luchas, la estética propia de los pueblos originarios de los Andes. Es una voz que no fue silenciada, es una imagen que se multiplica en la memoria latinoamericana”, destaca la nota de prensa.
El MUSEF invita también al público nacional e internacional a conocer la sala permanente dedicada a Damián Ayma Zepita en su sede principal en La Paz. Esta sala, abierta de lunes a domingo, permite explorar su obra de manera integral, acercando a los visitantes a una estética tejida con paciencia, identidad y profundidad humana.
Damián Ayma Zepita no solo cargaba una cámara: cargaba el tiempo. A lomos, en camiones o a pie, con un equipo fotográfico de casi 30 kilos, Damián recorría los caminos del altiplano, los valles y los bordes de la Amazonia boliviana con la firme intención de registrar la vida del pueblo. No tenía estudios académicos formales, pero se formó revelando rollos en Buenos Aires y perfeccionando su ojo bajo el sol indomable del Thaya Pacha. Su biografía se entreteje con la historia no contada del país: documentó minas como Colquiri, carnavales de altura, rituales agrícolas, carnetizaciones obreras y retratos familiares que hoy son testimonio. Se lo conoce como fotógrafo, pero también fue agricultor, ganadero, proyectista comunitario y autoridad en su ayllu.
El impacto de la obra de Damián Ayma Zepitano solo se expresa en las exposiciones, sino también en una publicación de referencia imprescindible: el catálogo “Damián Ayma Zepita. El fotógrafo itinerante”, editado por el MUSEF en 2016. Esta obra reúne 155 fotografías seleccionadas entre más de 3.000 digitalizadas, y fue fruto de una rigurosa investigación archivística, técnica y etnográfica. A través de sus páginas, se revela el recorrido vital de Ayma Zepita, su versatilidad como agricultor, ganadero, proyectista y fotógrafo, así como su aguda percepción estética forjada entre valles, minas y rituales andinos. El catálogo puede adquirirse en la tienda del Jatha-MUSEF, como un homenaje tangible a una de las miradas más potentes del Siglo XX boliviano. Esta publicación es, a la vez, una herramienta educativa, un gesto de memoria y un manifiesto visual que sitúa al sujeto indígena como protagonista del relato nacional.
A pesar de la tragedia, la decisión de mantener viva la Bienal del Mercosur reafirma el lugar esencial que ocupa Porto Alegre como epicentro del pensamiento artístico latinoamericano. Desde Bolivia, el MUSEF se suma a esta apuesta de reconstrucción cultural y ética, convencido de que el arte es una forma de cuidado, de sanación y de memoria compartida y puede ser visitada hasta el 1 de junio.
Fuente