El Centro Pompidou debuta en Sudamérica con un museo de R$200 millones en Foz de Iguazú

Uno de los mayores íconos mundiales del arte moderno y contemporáneo tendrá su primera sede en América, y el destino elegido fue Foz de Iguazú, en Paraná. El anuncio oficial de la nueva sede del Centro Pompidou se realizó en París a finales de mayo por el gobernador Ratinho Junior y el presidente de la institución francesa, Laurent Le Bon.

Con una inauguración prevista para 2027, la sede latinoamericana del museo se construirá en un terreno de 24.000 m² donado por CCR Aeroportos, junto al Aeropuerto Internacional de Foz y a pocos minutos del Parque Nacional del Iguazú. La inversión supera los R$200 millones, según el gobierno estatal.

Con un proyecto diseñado por el galardonado arquitecto paraguayo Solano Benítez, ganador del León de Oro en la Bienal de Venecia de 2016, el nuevo espacio promete integrar arquitectura y territorio con una propuesta sensible al paisaje de la Triple Frontera. La estructura albergará salas de exposiciones, una biblioteca, estudios, laboratorios, un restaurante y áreas comunes.

El museo como motor económico y cultural

La llegada del Pompidou a Brasil marca un giro estratégico en la proyección internacional del arte latinoamericano. El programa será multidisciplinario, centrándose en exposiciones, muestras y residencias centradas en la producción artística de Brasil, Argentina y Paraguay.

Además del impacto cultural, el proyecto refuerza el papel de Foz do Iguaçu como centro turístico y creativo, valorizando la región, ya conocida mundialmente por sus Cataratas, elegidas una de las Siete Maravillas Naturales del Planeta.

Las negociaciones con el gobierno francés comenzaron en 2020 y han avanzado en los últimos meses con visitas técnicas y reuniones de coordinación. Fundado en 1977, el Centro Pompidou cuenta con una colección de más de 120.000 obras de artistas como Picasso, Miró, Dalí y Frida Kahlo, y cuenta con sucursales en Bélgica, España y China.

La sede brasileña será la primera en suelo sudamericano y un gesto simbólico de acercamiento entre Francia y Brasil, que celebran 200 años de relaciones diplomáticas en 2025.
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