Comienza observando: Mira con atención tu entorno; todo puede ser un tema para practicar.
Consigue herramientas simples: Un cuaderno, un lápiz HB y una goma son suficientes.
Practica las líneas básicas: Rectas, curvas, círculos y cuadrados son la base del dibujo.
Concéntrate en las proporciones: Usa líneas guía para colocar correctamente los elementos.
Practica las sombras: La sombra da volumen y profundidad.
Dibuja de la naturaleza: Hojas, flores o piedras enseñan forma y textura.
Acepta errores: Equivocarse es parte del aprendizaje.
Comienza copiando: Copiar obras sencillas o de maestros ayuda a soltar la mano.
Introduce el color poco a poco: Tras dominar el blanco y negro, usa acuarelas o lápices de color.
Sé paciente: El progreso requiere tiempo y constancia.
Lee y estudia: Los libros y la historia del arte inspiran y enseñan.
Crea tu estilo personal: Con el tiempo, desarrollarás tu propia identidad.
Visita exposiciones: Ver obras de otros amplía tu mirada.
Usa tecnología: Apps y tutoriales online son muy útiles.
Dibuja cada día: Aunque sean 15 minutos, la constancia es clave.
Experimenta: Prueba estilos y técnicas nuevas.
Acepta críticas: Los comentarios ayudan a mejorar.
Disfruta del proceso: El arte debe dar felicidad, no ansiedad.
Fija metas pequeñas: Unos días para practicar rostros, otro mes para paisajes.
Confía en ti mismo: Con paciencia, cualquiera puede aprender a dibujar.