El grabado ha sido una de las técnicas más influyentes en la historia visual de México y Chile. En México, Taller de Gráfica Popular consolidó el grabado como herramienta política, social y educativa, produciendo imágenes de fuerte contenido revolucionario y comunitario.
Artistas como Leopoldo Méndez, Diego Rivera y José Guadalupe Posada contribuyeron a convertir el grabado en un lenguaje accesible para amplias audiencias.
En Chile, el grabado adquirió relevancia especialmente durante las dictaduras del siglo XX, funcionando como medio de denuncia, memoria y resistencia. Taller 99 y artistas como Nemesio Antúnez impulsaron nuevas formas de experimentación.
Hoy, tanto en México como en Chile, el grabado sigue siendo una técnica vital para artistas jóvenes que exploran temas de identidad, territorio y justicia social. Su versatilidad, bajo costo y potencia comunicativa garantizan su permanencia.
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