Alejandro Obregón es considerado una de las figuras más influyentes en la consolidación del modernismo colombiano, y su obra marcó un punto de inflexión en la construcción visual del país durante el siglo XX. Su estilo combinó expresionismo, abstracción y simbolismo para formular un lenguaje que rompió con la tradición académica dominante.
Obregón introdujo una mirada audaz hacia la naturaleza, la violencia y la identidad nacional. Sus paisajes fragmentados y sus composiciones cargadas de fuerza gestual reflejan una profunda conexión con el territorio colombiano. Obras como “Violencia” se convirtieron en íconos por su capacidad de condensar tensiones sociales y políticas.
Después de su estancia en Europa y Estados Unidos, el artista regresó a Colombia con una visión renovadora que influyó en generaciones enteras. Su participación en los Salones Nacionales y su labor docente consolidaron su rol como líder de la vanguardia moderna.
Además, su relación con artistas como Fernando Botero, Juan Antonio Roda y Eduardo Ramírez Villamizar alimentó un ambiente cultural vibrante donde el modernismo colombiano adquirió fuerza internacional.
La obra de Obregón continúa siendo revisitada por su carácter visionario y su aporte esencial en la definición del arte moderno en Colombia.
Latamarte