La escultura contemporánea sudamericana se caracteriza por su diversidad material, conceptual y territorial. Artistas trabajan con metal, madera, fibras naturales, cerámica, objetos cotidianos, residuos industriales e incluso paisajes naturales.
Las esculturas dialogan con temas como memoria política, desigualdad, identidad y transformación ecológica.
En países como Brasil, Colombia, Chile y Argentina, la escultura se ha expandido hacia instalaciones, obras públicas, intervenciones urbanas y procesos participativos.
El cuerpo humano, la tensión entre vacío y volumen, y los vínculos con la arquitectura siguen siendo ejes fundamentales.
La experimentación con escalas monumentales o dispositivos sonoros demuestra que la escultura en Sudamérica es hoy un territorio híbrido y dinámico.
Latamarte