El arte urbano es mucho más que pintura sobre concreto. El arte callejero y el grafiti nacieron como formas de resistencia, denuncia y afirmación cultural en el entorno urbano. En las calles, muros y pasos elevados, los artistas transforman el espacio público en un territorio de diálogo, donde el arte se dirige directamente a la gente, sin necesidad de galerías ni curadores.
El grafiti surgió como un lenguaje de identidad y protesta —especialmente en las periferias— donde los jóvenes encontraron una manera de expresar sus voces y reivindicar su visibilidad. El arte callejero, aunque relacionado, amplía el campo estético, mezclando estilos, técnicas y mensajes que abarcan desde la crítica social hasta la celebración de la vida cotidiana.
Estas manifestaciones son un reflejo de la cultura popular contemporánea, que une arte, política y comunidad. Cuestionan el sistema, dan color a espacios olvidados y revelan una ciudad viva, vibrante y en constante transformación.
Hoy, artistas como Os Gêmeos, Eduardo Kobra y Banksy demuestran que los muros pueden ser un espejo de la sociedad y, a la vez, un manifiesto visual de libertad.
Latamarte